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Martín Teixido | Autor e Investigador
Hola Amigo,
Si está leyendo este texto, es porque seguramente se encuentras dentro del 40% de los habitantes de este mundo que luchan a diario con una tensión arterial elevada... y hasta ahora no han podido solucionarlo...
Yo sé cómo se siente, porque también sufrí las consecuencias de tener una elevadísima presión arterial y lo que es peor, ni siquiera estar enterado de que padecía una afección que a diario ponía en juego mi vida.
Quizás Pueda Identificarse Con Alguna De Las Situaciones Que Yo He Vivido...
Ha ingerido gran cantidad de medicamentos, muchas veces recetados por el método de “prueba y error” hasta dar con el indicado, luego de pasar por muchas experiencias infructuosas.
El medicamento indicado le dio resultado, pero por un tiempo solamente porque luego debió reemplazarlo por otro y luego por otro más.
Nadie se molestó en indicarle que la sal, no se encuentra solamente en los saleros sino que la ingerimos sin darnos cuenta en decenas de alimentos industrializados… ¡hasta en las gaseosas!
Ha gastado cientos, sino miles de dólares, en tratamientos y sistemas que nunca dieron resultado...
Y muchas, muchísimas otras situaciones, en donde ha comprobado que por distintas razones su presión arterial se descontrolaba peligrosamente.
Pero hoy Tengo Muy Buenas Noticias para darle.
Porque si se siente identificado con cualquiera de los puntos anteriores, lo que va a leer en este sitio web puede ser lo más importante que haya leído en toda tu vida...
Existen muchas personas, que por razones genéticas más el agregado de llevar una vida saludable, poseen una tensión arterial normal o baja. Nuestras condiciones hereditarias no las vamos a modificar pero lo que sí podemos hacer es una serie de pequeños cambios en nuestro estilo de vida que mejorarán en mucho el control que hacemos de nuestra hipertensión
Un factor genético heredado, al que se suma un estilo de vida sedentario, más una deficiente nutrición, son todas circunstancias que coadyuvan a la aparición del bien conocido "Asesino silencioso".
Lamentablemente aún no podemos curar la hipertensión, una vez que esta aparece en nuestras vidas, pero sí podemos controlarla evitando sus daños devastadores.
Ha llegado el momento de decir basta a la presión arterial descontrolada y a los efectos colaterales de los medicamentos que “supuestamente” la tienen a raya ¿Cómo resolverlo? ¡Yo le indicaré paso a paso cuál es el camino! Solo deberá prestarme un poco de atención en los próximos 3 minutos.
Los Tratamientos Que Conoce No Funcionan
Antes que nada deseo hacerle saber que los tratamientos mágicos, no existen y usted seguramente, bien lo sabe.
No existe una cura definitiva para eliminar la hipertensión, pero lo que sí podemos y debemos hacer es tenerla bajo control en todo momento
Quienes pretenden soluciones instantáneas –que en el fondo las vislumbran como una salida mágica– son quienes degluten cantidades infernales de medicamentos sin conocer todos los riesgos que corren.
Existen distinto tipo de fármacos que regulan la tensión arterial de distintas formas. Algunos eliminan el exceso de líquidos y sal en el cuerpo mientras que otros reducen los latidos del corazón o ensanchan los vasos sanguíneos. El problema es que todos ellos generan indeseables y muchas veces nocivos efectos secundarios. Desde taquicardia, hasta mareos, pasando por pulso irregular, somnolencia, pérdida de minerales fundamentales para el cuerpo humano como el potasio, hasta impotencia.
En todos los casos, cabe aclarar que no es el paciente el que ha de suspender la medicación por su cuenta sino que debe realizar una consulta obligada con su médico para proponerle un tratamiento alternativo
Además, a la corta o a la larga, estos efectos secundarios suelen generar otro tipo de problemas no menores en la salud de los pacientes que para colmo de